Tsuru es un ave sagrada de Japón. Es el símbolo de la salud, la buena suerte, la felicidad, la longevidad y la fortuna.
La leyenda japonesa dice que el tsuru puede vivir hasta mil años. Se considera el ave acompañante de los ermitaños que se refugiaron en las montañas para meditar, creyendo que poseen poderes sobrenaturales para no envejecer.
La leyenda japonesa dice que si uno hace 1000 tsurus, usando la técnica del origami – arte secular de doblar el papel, con el pensamiento convertido en un deseo, puede hacerse realidad.
Inicialmente el origami del tsuru tenía sólo una función decorativa, se usaba para decorar la habitación de los niños. Más tarde, el tsuru se asoció con oraciones, siendo ofrecidas en los templos, acompañadas de peticiones de protección. Hoy en día se utiliza como adorno para fiestas de fin de año, bautizos, bodas, entre otras celebraciones.
Tsuru y el Día de la Paz
En 1945, tras la explosión de la bomba de Hiroshima, varias enfermedades aparecieron en Japón entre los supervivientes de la guerra. A la pequeña Sadako, de 12 años, le diagnosticaron leucemia.
En el tratamiento en el hospital recibió de un amigo, varios papeles de color para hacer 1000 origamis del tsuru, junto con la petición de curación. Como la enfermedad empeoraba cada día, Sadako comenzó a pedir la paz mundial. Pero el 25 de octubre de 1955, cuando completó 964 tsurus, falleció.
Los amigos completaron los 1000 tsurus y comenzaron una campaña para recaudar dinero para construir un monumento por la paz. En 1958 se inauguró el monumento en el Parque de la Paz de Hiroshima. Cada año, el 6 de agosto, día del bombardeo, se celebra una ceremonia en el parque por la paz y para recordar a las víctimas de Hiroshima.