La trombosis es la solidificación de la sangre (trombo) dentro del sistema cardiovascular de un individuo vivo. El origen de la palabra trombosis proviene de los términos griegos trombos = “coágulo” + osis = “estado de”.
El trombo es la coagulación de la sangre dentro del vaso sanguíneo que resulta del proceso de trombosis, que es diferente de la coagulación que se produce fuera de los vasos sanguíneos y de la coagulación post-mortem.
Hay 3 tipos de cambios, conocidos como “Tríada de Virchow”, que pueden actuar juntos o de forma aislada, causando trombosis:
- Lesión de la pared vascular o cardíaca;
- Cambio en el flujo sanguíneo;
- Cambio en la coagulación de la sangre.
Trombosis arterial
La trombosis arterial suele ser causada por trombos oclusivos que afectan principalmente a las arterias cerebrales y femorales. Normalmente estos trombos se forman en la placa de deaterosclerosis.
Este tipo de trombosis suele ser más peligroso que la trombosis venosa porque bloquea el flujo sanguíneo e impide la oxigenación del tejido, causando su muerte (necrosis).
Dependiendo de su localización, la trombosis arterial puede causar un derrame cerebral, un ataque al corazón y gangrena.
Trombosis venosa profunda
La trombosis venosa profunda (TVP) se caracteriza por la formación de coágulos en el interior de las venas profundas, principalmente en las piernas.
La trombosis venosa profunda se produce principalmente en lugares donde la sangre se estanca (estasis), lo que favorece la formación de trombos.
Debido a que está mal adherido a la pared del vaso, hay una gran posibilidad de que este trombo se fragmente y llegue al corazón o al pulmón, causando una embolia pulmonar.