El socialismo utópico fue una corriente de pensamiento establecida por Robert Owen, Saint-Simon y Charles Fourier. El socialismo utópico tenía como objetivo la creación de una sociedad ideal, que se lograría pacíficamente gracias a la buena voluntad de la burguesía.
El nombre de socialismo utópico surgió gracias a “Utopía” de Thomas More. Según los socialistas utópicos, el sistema socialista se instalaría lenta y gradualmente.
Carlos Marx se distanció del concepto de socialismo utópico, ya que según esta corriente la fórmula para lograr la igualdad en la sociedad no se discutió. Lo opuesto al socialismo utópico es el socialismo científico, que criticaba lo utópico porque no tenía en cuenta las raíces del capitalismo. Carlos Marx clasificó los métodos de los utópicos como “burgueses”, porque se basaban en la repentina transformación de la conciencia de los individuos de las clases dominantes, creyendo que sólo así se lograría el objetivo del socialismo.
El socialismo utópico surgió como respuesta a los abusos causados por el liberalismo y el capitalismo en la época de la Revolución Industrial. En esta ocasión, muchos trabajadores (muchos de ellos niños) vivían en una gran miseria y eran explotados, con horarios de trabajo absurdos e incondicionales. En Inglaterra, Robert Owen llegó a poner en práctica algunos principios del socialismo utópico en algunas de sus fábricas, reduciendo la carga de trabajo, aumentando los salarios y proporcionando soluciones de vivienda para sus trabajadores.
Socialismo científico
El socialismo científico, también conocido como marxismo, era una corriente opuesta al socialismo utópico. Creado por Karl Marx y Friedrich Engels, el socialismo científico se basó en el análisis crítico y científico del capitalismo.
Los socialistas científicos criticaron el socialismo utópico porque veían en esta corriente una pasividad y una utopía, porque esperaban que los individuos explotadores adquirieran una conciencia social para que las reformas pudieran ponerse en práctica. El socialismo científico tenía objetivos similares, pero tenía un punto de vista menos “romántico”, porque ofrecía mejores condiciones de trabajo y de vida a los trabajadores mediante una revolución proletaria y la lucha armada.