El reumatismo es un término médico que se utiliza para designar un grupo de patologías que afectan a las articulaciones, los músculos y el esqueleto y que se caracterizan generalmente por el dolor y la restricción del movimiento.
La palabra “reumatismo” fue introducida por Galeno en el siglo II d.C. y tiene su origen en el griego “rheos”, que significa “fluir”, porque en esa época se creía que el reumatismo surgía del flujo de un “humor” que iba del cerebro a las articulaciones.
De ahí el nombre de la enfermedad “Gota”, que creían que era un cierto estado de ánimo que goteaba en las articulaciones.
Sin embargo, el término reumatismo no es el adecuado para denominar el gran número de enfermedades que tienen en común el deterioro del sistema musculoesquelético (huesos, cartílagos, estructuras periarticulares, tendones, ligamentos, fascia, músculos).
Por lo tanto, el concepto de que las enfermedades reumáticas son las que afectan al sistema osteoarticular no siempre es correcto, ya que muchos pacientes con enfermedades reumáticas pueden presentar dolencias en los órganos, a diferencia de lo que ocurre con las enfermedades cardíacas, neurológicas o gastrointestinales, que pueden definirse como patologías que afectan a un determinado órgano o sistema.
De hecho, el reumatismo abarca desde enfermedades autoinmunes, metabólicas, degenerativas e inflamatorias hasta enfermedades asociadas que afectan a otros órganos.
Las enfermedades reumáticas más frecuentes son:
- Artritis reumatoide;
- Osteoartritis o atrosis;
- Tendinitis;
- Caída;
- Osteoporosis;
- Lupus;
- Espondilitis anquilosante;
- Fibromialgia.
El tratamiento del reumatismo depende del tipo de enfermedad y también del propio paciente, por lo que el diagnóstico correcto y el
El tratamiento adecuado es la clave para un pronóstico más favorable.