La polisemia es un concepto del área de la lingüística que se origina en el término griego polysemos, que significa “algo que tiene muchos significados”. Una palabra polisémica es una palabra que reúne varios significados.
La palabra “vela” es un ejemplo de polisemia. Puede significar la vela de un barco; la vela de cera que sirve para iluminar o puede ser la conjugación del verbo velar, que significa estar atento.
Las diferentes variantes de significado pueden depender de la afinidad etimológica de la palabra en cuestión, de su uso metafórico y, en última instancia, del contexto en el que se inserta, donde, en la práctica, el término se convierte en monosémico, asegurando así la comunicación.
La polisemia es una propiedad básica de las unidades léxicas y un elemento estructural del lenguaje. Lo opuesto a la polisemia es la monosemia, donde una palabra tiene un solo significado.
Polisemia y homonimia
La confusión entre la polisemia y la homonimia es bastante común. Cuando una misma palabra tiene varios significados, estamos en presencia de polisemia. Por otro lado, cuando dos o más palabras con diferentes orígenes y significados tienen la misma ortografía y fonología, estamos ante una homonimia.
La palabra “mango” es un caso de homonimia. Puede significar una fruta o parte de una camisa. No es polisemia porque los diferentes significados de la palabra mango tienen diferentes orígenes, por lo que algunos estudiosos mencionan que la palabra mango debería tener más de una entrada en el diccionario.
“Letra” es una palabra controvertida. Letra puede significar el elemento básico del alfabeto, el texto de una canción o la escritura de un individuo en particular. En este caso, los diferentes significados están interconectados porque se refieren al mismo concepto, el de la escritura.
Polisemia y ambigüedad
La polisemia y la ambigüedad tienen un gran impacto en la interpretación. En el idioma castellano, una declaración puede ser ambigua, es decir, presenta más de una interpretación. Esta ambigüedad puede ocurrir debido a la colocación específica de una palabra (por ejemplo, un adverbio) en una oración. Veamos la siguiente frase: Las personas que tienen una dieta equilibrada suelen ser felices. En este caso puede haber dos interpretaciones diferentes. Las personas tienen una dieta equilibrada porque son felices o son felices porque tienen una dieta equilibrada.
Del mismo modo, cuando una palabra es controvertida, puede inducir a una persona a hacer más de una interpretación. Para que la interpretación sea correcta, es muy importante conocer el contexto en el que se pronuncia la frase.