“Ojo por ojo, diente por diente” es una expresión que significa venganza, y que el castigo debe darse en la misma proporción que el daño causado.
Ojo por ojo, diente por diente, es un dicho popular que sugiere un castigo del mismo tamaño que la ofensa.
La expresión “Ojo por ojo, diente por diente” apareció en la antigüedad, donde la justicia era hecha por las manos de los hombres.
Código Hamurabi
Hammurabi, rey de Babilonia en el siglo XVIII A.C., es el autor de 282 leyes, que se conocieron como el Código de Hammurabi, basado en la ley del talión, una antigua pena por la que el delincuente fue vengado, infligiendo el mismo daño o maldad al delincuente que él. Ojo por ojo, diente por diente, era la base de cualquier justicia: “Si una persona irrumpe en la casa de otro, debe ser condenada a muerte y ser enterrada en la parte delantera del lugar de allanamiento. “Si uno acusa al otro, pero no puede probarlo, el acusador será asesinado”
Descubierto en 1901 por el arqueólogo francés Jacques de Morgan en las afueras de la antigua Susa, ahora Túnez, el Código de Hammurabi está ahora en el Museo del Louvre en París.
Aprende más sobre el significado del Código de Hammurabi.
“Ojo por ojo, diente por diente” en la Biblia
La expresión ojo por ojo, diente por diente también se encuentra en la Biblia, específicamente en Éxodo 21:24: “Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”. En este pasaje, Dios le reveló a Moisés algunas leyes para que las transmitiera al resto del pueblo. Esta ley se ajusta a las leyes sobre la violencia.
Sin embargo, estas cosas han cambiado con la llegada de Jesús y la Nueva Alianza. En Mateo 5:38-39, Jesús dijo: “Habéis oído lo que se ha dicho: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No os venguéis de los que os hacen mal. Si alguien le da una bofetada en la cara, voltéese para que él también le dé una bofetada”.
Muchos años después, Gandhi dijo, “Ojo por ojo y el mundo terminará ciego”. Con estas declaraciones, Jesús y Gandhi revelaban la importancia del perdón y la no violencia, porque la venganza corroe y ciega al ser humano.