La objetividad es una cualidad atribuida a algo o alguien que es directo en sus acciones, sin perder tiempo en especulaciones o subterfugios.
La objetividad suele estar relacionada con ser práctico o actuar rápidamente, ser objetivo.
Ejemplo: “Mark trató objetivamente ese tema la semana pasada”.
También puede referirse a la característica de algo que representa o intenta representar un objeto fielmente.
Ejemplo: “Esta foto tiene una objetividad precisa del rostro de Diana.
El término, que se caracteriza por ser un sustantivo femenino, también puede ser sustituido por sinónimos como imparcialidad, practicidad, directo, práctico, asertivo. Para tener un contraste de ideas, podemos usar antónimos como subjetividad, inobjetividad, prolijidad, etc.
Ver también el significado de “meta”.
La objetividad en la filosofía
En el ámbito de la filosofía, la objetividad se caracteriza por la validación de una realidad externa que no se asemeja al conocimiento cognitivo del sujeto, pero que puede ser conocida y transformada por él.
Esta realidad es el resultado de una observación imparcial y es independiente de las preferencias individuales.
Aún para la filosofía, la objetividad, según Kant, presenta algo que tiene validez universal, independientemente de factores personales como la religión, la cultura, el tiempo o el lugar. En este contexto, su contrapartida es el relativismo.
Objetividad y subjetividad
Es común que la objetividad esté siempre relacionada con la subjetividad, debido a que son antónimos y tienen significados opuestos.
Mientras que la objetividad caracteriza las acciones que siempre se refieren a la idea de ser prácticas, rápidas, con acciones directas y asertivas, en la subjetividad las acciones varían según el juicio y la interpretación de cada persona.
Ver más sobre el significado de la subjetividad.