La neumonía es una condición clínica caracterizada por la infección de las vías respiratorias inferiores y las porciones distales del pulmón, comprometiendo los alvéolos, los bronquios y el espacio intersticial.
La palabra neumonía viene del griego pneumon = “pulmón” más “ia” = enfermedad. Literalmente significa “enfermedad pulmonar”.
La neumonía puede ser causada por varios tipos de agentes. Entre ellos están:
- Virus;
- Bacterias;
- Hongos;
- Protozoos;
- Productos químicos;
- Migración de gusanos.
La neumonía puede afectar a personas de cualquier edad, con un peor pronóstico para las personas jóvenes y mayores.
Clasificación de la neumonía
- Neumonía adquirida en la comunidad (NAC): Comienza fuera del hospital o entre 48 y 72 horas después de la admisión;
- Neumonía nosocomial (PN): Comienza entre 48 y 72 horas después de la estancia en el hospital, generalmente presentando un cuadro más severo. Se puede subclasificar en:
- Temprano: Estancia de menos de cinco días en el ambiente de la flora bacteriana del hospital;
- Tardío: Estancia más de cinco días en el entorno de la flora bacteriana del hospital;
- Neumonía asociada a la ventilación mecánica (VAP): Afecta con frecuencia a los pacientes que se someten a una asistencia ventilatoria invasiva prolongada.
Fisiopatología de la neumonía
La patofisiología de la neumonía implica una falla en la defensa del huésped que sigue la siguiente secuencia:
- Alteración del aparato mucociliar/respuesta inmunológica;
- Entrada del patógeno;
- Respuesta inflamatoria (vasodilatación, exudación, infiltración);
- Consolidación;
- Manifestaciones sistémicas como fiebre, debilidad, leucocitosis.
Según la manifestación clínica (síntomas), la neumonía puede clasificarse como:
- Típico: Inicio agudo, fiebre, escalofríos, tos productiva, dolor al respirar (dolor pleurítico);
- Atípico: Inicio insidioso, dolor de cabeza, dolores musculares, diarrea, tos seca, dolor al respirar (dolor pleurítico).
Las personas mayores también suelen presentar confusión mental, debilidad, deterioro del estado general y empeoramiento de otra enfermedad subyacente.
El tratamiento de la neumonía se realiza según el agente, con la administración de antibióticos en la neumonía bacteriana y la hospitalización en el caso de bebés, ancianos o personas con un sistema inmunológico debilitado.