El liberalismo es una doctrina político-económica y un sistema doctrinal que se caracteriza por su actitud de apertura y tolerancia a varios niveles. Según esta doctrina, el interés general requiere el respeto de la libertad cívica, económica y de conciencia.
El liberalismo surgió en la época de la Ilustración contra la tendencia absolutista e indica que la razón humana y el derecho inalienable a la acción y a la autorrealización, libre y sin límites, son la mejor manera de satisfacer los deseos y las necesidades de la humanidad. Este optimismo de la razón exigía no sólo la libertad de pensamiento sino también la libertad política y económica.
Ver más sobre el significado de la iluminación.
El liberalismo creía en el progreso de la humanidad a partir de la libre competencia de las fuerzas sociales y era contrario a las acusaciones de las autoridades (religiosas o estatales) sobre la conducta del individuo, tanto en el campo ideológico como en el material, debido a su desconfianza básica sobre todo tipo de obligaciones (individuales y colectivas).
En sus orígenes, el liberalismo defendió no sólo las libertades individuales sino también las de los pueblos, e incluso colaboró con los nuevos movimientos de liberación nacional que surgieron durante el siglo XIX, tanto en Europa como en los territorios de ultramar (especialmente en América Latina).
En la esfera política, el liberalismo dio sus primeros pasos con la revolución francesa y americana; los derechos humanos fueron entonces su primer acto de fe política.
El liberalismo fue la ideología política de la burguesía (liberal), que, apoyada en esta ideología, consiguió una posición dominante durante el siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial, cuando se convirtió en la fuerza política dominante en casi todo el mundo occidental.
El principio de libertad en la vida económica, proclamado por el liberalismo, se desarrolló primero en condiciones de grandes desigualdades sociales (como consecuencia de la fallida liberación del campesinado en Europa, las guerras napoleónicas y el rápido crecimiento de la población), y luego tuvo una fuerte reacción a través de las doctrinas socialistas y comunistas, cuyos movimientos se convirtieron en oponentes mucho más fuertes del liberalismo que las corrientes conservadoras y tradicionales.
El fracaso del liberalismo frente a los grandes problemas políticos y sociales surgidos en Europa central después de la Primera Guerra Mundial hizo que Alemania, Italia y otros países se vieran sumidos en profundas y prolongadas crisis, lo que contribuyó al florecimiento de los sistemas totalitarios (fascismo, nacional-socialismo, falangismo, etc.).
Después de la Segunda Guerra Mundial y frente a otros movimientos democristianos o socialdemócratas, el liberalismo reapareció, reclamando ser una vez más una opción en el campo político y económico.
Véase también: significado de Laissez-faire.
Liberalismo económico
Desde el punto de vista económico, el liberalismo proviene de los fisiócratas, de A. Smith y de la teoría del libre cambio (libre comercio, desarrollado por ellos). El liberalismo estaba estrechamente relacionado con el capitalismo y fue la base del desarrollo económico industrial en el siglo XIX, especialmente la expansión económica de Inglaterra en todo el mundo.
Aprenda más sobre el Liberalismo Económico.
Liberalismo político
El liberalismo político implicaba la restricción del poder del Estado, no permitiendo que el Estado interfiriera en algunos derechos fundamentales como el derecho a la vida, la felicidad y la libertad.
Liberalismo social
El propósito del liberalismo social es defender los derechos humanos y las libertades civiles de los ciudadanos contra posibles actos de opresión estatal. Sin embargo, el liberalismo social va más allá, pero indica que el Estado debe proporcionar a los ciudadanos oportunidades en el contexto económico, la salud, la educación, etc.
Ver también:
- Estado liberal
- Ley de la Oferta y la Demanda