Kitsch es un sustantivo originario del alemán que describe algo con mal gusto en el campo de la estética. Es un contenido creado para atraer el gusto popular.
Siendo algo de poca calidad, a menudo el trabajo kitsch es sentimentalista o sensacionalista. Verskitchen, la palabra alemana que da origen a este término, se refiere al fraude de la imitación de obras de arte.
Algunos ejemplos de objetos kitsch son chucherías, peluches, etc. En un sentido popular, la palabra kitsch tiene un significado peyorativo y puede ser traducida como barato, cursi o cursi.
Esta palabra comenzó a usarse alrededor de 1870, se usaba para describir los objetos que están de moda, pero que están hechos sin rigor estilístico. El kitsch tiene una gran aceptación por parte del público, de la cultura de masas, que recibe estos contenidos de forma pasiva, sin una mentalidad crítica.
Este estilo está relacionado con los estereotipos artísticos, sociales y culturales, y reemplaza elementos del folclore. Kitsch también es una cuestión de relatividad, porque el concepto de bueno o malo es relativo. Por lo tanto, lo que es kitsch para algunos no lo es para otros.