Jacob significa suplantar en hebreo, es decir, el que sostiene el talón, y en griego, significa “el que luchó con Dios”. Jacob es un personaje muy importante en la Biblia, porque en varios pasajes hay historias sobre él y su hermano, Esaú.
Jacob era el hijo de Isaac y Rebeca, y el hermano gemelo de Esaú. El hijo primogénito tenía derechos exclusivos, pero Esaú nació primero, pero su madre tenía preferencia por el más joven, Jacob. Esta disputa causó varias intrigas, hasta el punto de que Jacob se hizo pasar por Esaú, para engañar a su padre y obtener la bendición, que ya no veía bien. Los hermanos tuvieron una gran pelea, pero se reconciliaron más tarde, y toda esta historia está narrada en la Biblia, en el libro del Génesis.
Jacob tenía dos esposas y once hijos, e hizo un pacto con Dios para volver a la tierra prometida sano y salvo, y entonces se entera de que su hermano fue tras él, con un ejército de más de 400 hombres, y Jacob decide quedarse.
Durante la noche, Jacob tiene una gran pelea con un hombre, los judíos creen que es Jesús, otros creen que fue Esaú, y esta es una de las historias más conocidas de la Biblia.