La inclusión escolar es la idea de que todos deben tener igual acceso al sistema educativo. No se tolera ningún tipo de discriminación, ya sea de género, etnia, religión, clase social, condiciones físicas y psicológicas, etc.
En la actualidad, el principal objetivo de la inclusión escolar son los niños y jóvenes con necesidades educativas especiales (NEE), que suelen tener algún tipo de discapacidad física o psicológica.
La inclusión escolar prevé la integración de los estudiantes con necesidades educativas especiales en las aulas ordinarias, compartiendo las mismas experiencias y aprendiendo con los estudiantes que no tienen necesidades educativas especiales, por ejemplo.
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Sin embargo, en este caso, las escuelas deben estar preparadas para proporcionar el apoyo necesario a estos estudiantes, ya sea en la infraestructura de la institución (rampas, letreros, ascensores, etc.) y, especialmente, en la formación de profesionales de la enseñanza para este tipo de supervisión. El trabajo del educador es estar preparado para educar a los más diferentes tipos de individuos.
Negar la educación a los niños y jóvenes por cualquier motivo es un delito, al igual que también es ilegal segregar a los estudiantes en grupos que difieran de los demás estudiantes. La inclusión escolar – como su nombre lo indica – tiene como objetivo la integración de todos, sin distinciones ni separaciones.
De hecho, el artículo 208 de la Constitución Federal de 1988 establece que es deber del Estado garantizar “la asistencia educativa especializada a los discapacitados, preferentemente en la red de educación regular”. El Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA) también garantiza este derecho a todos los jóvenes.
Véase también: significado de Inclusión social.