El Iglú es una construcción hecha de nieve y hielo, usada como refugio contra el frío extremo en las regiones polares. Los iglúes son tradicionalmente utilizados por los esquimales para protegerse de las bajas temperaturas cuando van de caza, por ejemplo.
Según la lengua inuit, que es hablada principalmente por los esquimales, iglú (inuit) significa literalmente “casa”.
Los iglúes están construidos a partir de la unión de bloques de nieve compactos, que están dispuestos en forma de espiral ascendente, comenzando justo debajo del nivel del suelo, para evitar la entrada de aire frío por debajo.
El iglú tiene forma de cúpula para evitar la acumulación de hielo y nieve en la parte superior, lo que podría causar el colapso de la estructura. También es necesario construir una pequeña abertura en la parte superior del iglú para ventilar el ambiente.
Los esquimales suelen construir sus iglús en lugares donde el mar está congelado. El hielo en estas áreas es más compacto y delgado, lo que lo hace menos congelado.
¿Porque los iglúes están calientes por dentro?
Los iglúes no calientan el ambiente interior, pero pueden mantener el calor que emiten los cuerpos o los incendios, por ejemplo.
La explicación radica en el hecho de que la nieve (compacta) tiene una conducción térmica extremadamente baja, aproximadamente 100 veces más pequeña que el aluminio. Así, el calor que se forma en el interior permanece atrapado en el iglú y hace que la temperatura ambiente se caliente.
Con el calor del cuerpo humano y una lámpara de aceite, por ejemplo, el interior del iglú puede ser hasta 40 grados más caliente en comparación con la temperatura exterior.
El ligero derretimiento del hielo (debido al uso de un fuego dentro del iglú, por ejemplo) también es una ventaja, ya que el agua se vuelve a congelar y provoca que se forme un hielo más sólido y aislante alrededor de la estructura.
Los bloques de nieve compactos también ayudan a bloquear los vientos helados del Ártico, aumentando la sensación térmica dentro del iglú.