Fetiche es un sustantivo masculino originado en el término francés fétiche y puede significar un objeto embrujado o un comportamiento, parte del cuerpo u objeto que despierta la excitación sexual.
Un fetiche puede ser sinónimo de un hechizo, un fetiche puede estar relacionado con el misticismo, representando un amuleto o un ídolo, con un origen oscuro y poderes mágicos o sobrenaturales. Algunas tribus africanas tienen ciertos objetos de este tipo, que son adorados por el pueblo. En el episodio bíblico en el que Moisés subió al Monte Sinaí para encontrarse con Dios, el pueblo reunió el oro para crear la estatua de un becerro y luego lo adoraron. En este caso, el becerro de oro puede ser clasificado como un objeto fetiche.
En el campo de la psicología, los fetiches tienen una connotación sexual, representando un comportamiento específico que encuentra placer en ciertas actividades, objetos o partes del cuerpo. Uno de los fetiches más comunes es el fetiche de los pies, conocido como podología.
En un sentido figurado, el fetiche puede representar a una persona admirada por otra, a la que se sigue y cuyas órdenes se obedecen ciegamente.
Fetichismo de la mercancía
El fetichismo de la mercancía es una expresión atribuida a Karl Marx y es un concepto central y crucial del sistema económico creado por el filósofo y economista alemán. Marx indica que gracias a este fenómeno psicológico y social, los productos parecen ganar voluntad propia, y dejan de ser meros objetos para convertirse en el blanco de la adoración de los seres humanos. De esta manera, los individuos se comportan como objetos y los objetos se comportan como personas.