El patrón de belleza es una expresión utilizada para caracterizar a un modelo de belleza que se considera “ideal” en una sociedad.
El patrón de belleza en la historia
Incluso antes de que fuera nombrado, los estándares de belleza siempre han existido a lo largo de la historia y han cambiado con el tiempo. Podemos observarlo, por ejemplo, observando qué ropa, peinados y maquillaje se usaban más comúnmente en un determinado momento.
Las normas de belleza también son diferentes en cada país o región. En la cultura occidental son diferentes de la cultura oriental, por ejemplo. Sin embargo, no importa cuál sea el estándar de belleza de una sociedad dada, la existencia de estándares estéticos considerados ideales es parte de todas las culturas.
Ejemplos de patrones de belleza
Aquí hay algunos ejemplos de los diferentes patrones de belleza a lo largo de la historia.
La línea de tiempo muestra que el patrón de belleza ha cambiado mucho a lo largo de la historia.
El estándar de belleza y medios
Se habla mucho del papel de los medios de comunicación en general en la difusión de los conceptos de los estándares de belleza.
La televisión y el cine, por ejemplo, ayudaron a construir la idea de un cierto estándar ideal asociado con la belleza. Ya hoy en día, especialmente las redes sociales, tienen mucha influencia en la difusión de los estándares de belleza.
Mercado de medios y belleza
El refuerzo de las ideas estandarizadas sobre el concepto de belleza también se utiliza para promover los productos o servicios que comercializa la industria de la belleza.
Algunos ejemplos son los productos específicos para la pérdida de peso, la aparición de procedimientos estéticos, los cosméticos, los gimnasios y el entrenamiento físico.
Críticos de los estándares de belleza
Una de las principales críticas a estos modelos es que el establecimiento de un estándar estético no fomenta el respeto por las diferencias. También puede dificultar la percepción de la belleza como un concepto subjetivo, plural y diverso.
La existencia de una norma única – socialmente aceptada y preestablecida – define que sólo un determinado tipo debe ser considerado estéticamente bello o aceptable.
Además, las normas pueden reforzar la existencia de estereotipos, es decir, ideas estrictas sobre lo que se acepta socialmente como bello.
La crítica de las normas también implica cuestionar la forma de definir la norma, ya que se trata de una visión restringida que no abarca los diferentes tipos de personas, cada una con su propia belleza.
En consecuencia, es común que las personas que no se ajustan al patrón predeterminado se sientan tristes y tengan baja autoestima porque están “fuera de paso”.
El concepto de belleza
Las percepciones de lo que es “bello o feo” son subjetivas y varían de una persona a otra, además de cambiar según las culturas, los países o los momentos históricos.
La adopción de un único concepto de belleza, además de ser restrictivo, puede reforzar los sentimientos de desprecio y prejuicio hacia todas las formas de presentación estética que sean diferentes de lo que se eligió y determinó como bello.
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El estandarte de la belleza y sus consecuencias
La imposición de un patrón de belleza puede acarrear numerosas consecuencias, desde problemas de autoestima hasta el desarrollo de trastornos relacionados con la autoimagen.
El desarrollo de trastornos de la alimentación es también una consecuencia común y peligrosa de la imposición de normas de belleza. La obsesión por alcanzar un nivel de perfección inalcanzable puede incluso poner en riesgo su salud.
El aumento del número de intervenciones quirúrgicas y procedimientos estéticos es también una consecuencia muy visible de la imposición de normas de belleza.
Trastornos de la alimentación
Según datos del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, aproximadamente 70 millones de personas desarrollan algún tipo de trastorno alimentario a lo largo de su vida. Las mujeres son la mayoría de esta tasa y representan alrededor del 85% de los casos. La anorexia y la bulimia son dos de los trastornos alimentarios más comunes.
En la anorexia, la persona desarrolla una especie de obsesión por la pérdida de peso y puede utilizar varios métodos poco saludables para perder peso, además de pasar muchas horas sin comer.
En la anorexia, es común que las personas tengan una distorsión de la imagen de sí mismas, viéndose a sí mismas como más grandes o más pesadas de lo que son en la realidad.
En la bulimia, es común que se ingieran grandes cantidades de alimentos, alternando con episodios de vómitos. El proceso cíclico se produce para alimentar el deseo de evitar el aumento de peso.
También hay otros trastornos como la vigorexia (alteración de la imagen de uno mismo) y la ortorexia (obsesión por la alimentación sana).