Egocéntrico es un adjetivo masculino que se refiere al egocentrismo, relativo al ego, y describe a alguien que se considera el centro de todo interés. Algunos sinónimos de egocéntrico son: egoísta, narcisista y entrometido.
Originado en latín, el egocentrismo es la unión del ego (I) y el centro (el centro de todo, el centro) y revela la tendencia de alguien a referir todo a sí mismo, haciendo del I el centro del universo.
Ser egocéntrico consiste en exagerar la propia personalidad hasta el punto de considerarla como el centro de atención y de las actividades generales. En la persona egocéntrica se encuentra la imaginación y el pensamiento tan permanentemente ocupados con su propio ser e intereses que es incapaz de ponerse en el lugar de otro individuo y de contemplar, desde el punto de vista de otro yo, la matriz o aspecto que tienen las cosas y los eventos.
Los egocéntricos son sujetos dispuestos a hacer que otros soporten sus propias dificultades sin ayudarles, porque no les importan los pensamientos, sentimientos y problemas de las personas que les rodean. También son capaces de fingir, ante sí mismos y ante los demás, que no se atreven a enfrentarse a la realidad por miedo a perjudicar sus demandas.
Egocentrismo y psicología
En el campo de la psicología infantil, el egocentrismo es la actitud psíquica normal y característica de la segunda infancia. Consiste en una actitud normal de 3 a 6 años de edad, caracterizada por la ausencia de distinción entre la realidad personal y la realidad objetiva.
El psicólogo Jean Piaget dijo que todos los niños en esta fase son egocéntricos, ya que no tienen mecanismos mentales capaces de hacerles comprender que otras personas tienen creencias, necesidades y razonamientos diferentes.