La prisión en segunda instancia es el decreto de encarcelamiento de un acusado después de ser juzgado por un Tribunal de Apelación (Tribunal de Justicia). Esta situación no está permitida por la Constitución Federal, por lo que se considera inconstitucional.
Según la legislación brasileña, el encarcelamiento de un acusado sólo puede llevarse a cabo después de que se haya dictado la sentencia que lo condenó, cuando ya no hay posibilidad de apelar contra la decisión.
Detención en segunda instancia y STF
En los últimos años, el Tribunal Supremo Federal (STF) ha discutido la posibilidad de cambiar la regla de la segunda instancia de encarcelamiento.
Actualmente, el Tribunal entiende que no debería haber una segunda instancia de encarcelamiento.
¿Por qué no se permite la detención en segundo grado?
Como hemos visto, la ley brasileña determina que la detención de un convicto sólo debe tener lugar después de que se haya dictado la sentencia, es decir, cuando no haya más apelaciones para cambiar la decisión.
El propósito de la prohibición es asegurar el cumplimiento del principio de la presunción de inocencia. Según este principio, una persona sólo puede ser declarada culpable de un delito una vez concluido el procedimiento, cuando se haya demostrado su culpabilidad.
La presunción de inocencia se determina en el artículo 5 de la Constitución Federal: “LVII – nadie será considerado culpable hasta que se haya dictado una sentencia penal definitiva”.
El principio de la presunción de inocencia es una de las cláusulas fundamentales de la Constitución, forma parte de la lista de derechos ya garantizados y que no pueden ser modificados. Las cláusulas fundamentales de la Constitución son disposiciones inmutables.
Sesión plenaria en el Tribunal Supremo (Foto: Banco de imágenes del STF).
La prohibición de la detención en segunda instancia no interfiere con los demás tipos de detención previstos en el Derecho Penal: preventiva, in flagrante o temporal. Esas detenciones pueden ordenarse antes de que concluya el juicio, pero sólo en casos concretos para garantizar el progreso del caso o la seguridad de la víctima, por ejemplo.
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¿Qué pasa después de la segunda instancia?
Después de un juicio en segunda instancia, el acusado puede apelar para una revisión en segunda instancia. En ese caso, el caso debe ser enviado a un Tribunal Superior, de acuerdo con el asunto juzgado en la acción. Las Cortes Superiores lo son:
- Tribunal Militar Superior (STM)
- Tribunal Superior Electoral (TSE)
- Tribunal Militar Superior (STM)
- Tribunal Superior de Justicia (STJ)
- Tribunal Supremo Federal (STF)
Es importante saber que en los Tribunales Superiores ya no se puede cambiar el fondo de la decisión dada por las instancias anteriores. Un Tribunal Superior actúa en casos concretos, como: la verificación de la correcta aplicación o la interpretación uniforme de una ley.
¿Qué es la segunda instancia?
La segunda instancia está formada por los Tribunales de Justicia (TJ) de los estados. En Brasil hay 27 Tribunales de Justicia, uno en cada estado y uno en el Distrito Federal. En estos tribunales, los jueces se llaman jueces.
En la segunda instancia – o segundo grado – se juzgan los casos que están en apelación, es decir, las acciones que ya han sido juzgadas en primera instancia por un juez común. Se envía una demanda a la segunda instancia cuando, tras el primer juicio, una de las partes no está de acuerdo con el resultado y apela la decisión.
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Primera instancia
La primera instancia – o primer grado – está formada por la Justicia Estatal y la Justicia Federal (órganos de la Justicia Común). Además de éstas, la primera instancia incluye también la Justicia Laboral, la Justicia Militar y la Justicia Electoral.
En estos organismos se lleva a cabo el primer juicio de los procedimientos legales. La acción se remite al lugar respectivo según el asunto tratado en el proceso (asuntos laborales, civiles o electorales, por ejemplo).
Argumentos a favor y en contra de la detención en segunda instancia
Los principales argumentos de los abogados, juristas, senadores y diputados sobre la prisión en segunda instancia son los siguientes:
Argumentos contra la detención
- El encarcelamiento antes de una sentencia definitiva puede entenderse como un avance de la condena, ya que el proceso aún no ha terminado y la condena no está confirmada.
- Permitir la detención en segunda instancia va en contra de la cláusula básica del principio de presunción de inocencia, protegido por la Constitución Federal.
Argumentos a favor de la prisión
- Esperar a que los tribunales dicten la sentencia puede fomentar una sensación de impunidad, tanto para los acusados como para las víctimas y la población en general.
- Los diversos recursos que existen en la ley pueden, en muchos casos, ser utilizados por la defensa del acusado sólo para retrasar la condena y el encarcelamiento del acusado.
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