El punto de fusión del oxígeno es -219,7°C, una temperatura bastante baja. El oxígeno es un gas a temperaturas cercanas a la habitación, pero se vuelve sólido a una temperatura muy baja. Al bajar la temperatura, el oxígeno se convierte en un líquido y eventualmente en un sólido. El oxígeno líquido tiene un punto de ebullición de -183°C, una temperatura aún más baja que su punto de fusión.
En su estado sólido, el oxígeno se ve como un cristal transparente. Está compuesto de pequeñas moléculas de oxígeno, y es uno de los componentes más comunes de nuestra atmósfera. El oxígeno sólido es muy frágil y se descompone fácilmente al entrar en contacto con el calor. Esta descomposición es el motivo por el que el oxígeno sólido no se encuentra en la naturaleza.
¿Cuántos electrones tiene el oxígeno?
El oxígeno, con número atómico 8, tiene 8 electrones. Estos 8 electrones se distribuyen en dos niveles, 2 en el primer nivel de energía y 6 en el segundo.
Cada nivel de energía se subdivide en subniveles, conocidos como orbitales. El primer nivel de energía tiene 2 orbitales: s y p. El segundo nivel de energía tiene 3 orbitales: s, p y d. Estos orbitales albergan hasta 2, 6 y 10 electrones respectivamente. Esta configuración es la que permite al oxígeno tener 8 electrones.
¿A qué temperatura congela el oxígeno?
El oxígeno congela a una temperatura de -219,6 ºC. Esto es conocido como el punto de fusión del oxígeno, que es la temperatura a la que el oxígeno se vuelve sólido desde su estado líquido. Esta temperatura es considerablemente más baja que los puntos de fusión de otros elementos, como el agua, que se congela a 0 ºC.
El punto de fusión del oxígeno es el resultado de la atracción fuerte entre los átomos de oxígeno. Estas fuertes atracciones se necesitan para superar la energía de fusión de los átomos de oxígeno, lo que requiere una temperatura relativamente baja.
Cómo el calor afecta al oxígeno
La temperatura aumenta a medida que el oxígeno se calienta. A medida que el oxígeno se calienta, sus moléculas se mueven más rápido y comienzan a vibrar con mayor energía. Esta vibración da lugar a un aumento en la presión, lo que hace que el oxígeno se expanda. Esto resulta en que el oxígeno se vuelva menos denso a medida que aumenta la temperatura. Esto significa que el punto de fusión del oxígeno es menor a medida que aumenta la temperatura. A una temperatura de -218,8°C, el oxígeno se congela para formar cristales de hielo, mientras que a una temperatura de -183°C, el oxígeno se vuelve líquido.
A medida que el oxígeno se calienta, sus moléculas se mueven con más rapidez, lo que provoca una mayor cantidad de colisiones entre ellas. Esto conduce a una mayor velocidad de reacción entre los oxígenos, lo que aumenta la energía libre de los oxígenos y hace que se separen de los enlaces químicos. Esto significa que el oxígeno se vuelve más reactivo a medida que aumenta la temperatura.
A temperaturas más altas, el oxígeno se vuelve más reactivo con otros elementos tales como el hierro, carbono y nitrógeno. Esto significa que el oxígeno es capaz de reaccionar más rápido con otros elementos, lo que a menudo resulta en la formación de óxidos. Esto puede provocar la corrosión de los materiales y la oxidación de los compuestos químicos.
¿Cómo funciona el oxígeno con menos de 1?
El oxígeno es un elemento químico conocido como O2 que funciona con menos de 1 atmósfera (atm) de presión. La presión atmosférica es la presión ejercida por la atmósfera sobre un objeto o área. En condiciones normales de presión, el oxígeno se comporta como un gas, pero cuando se reduce la presión a menos de 1 atm, el oxígeno se convierte en un líquido. El punto de fusión del oxígeno es de -218,8 ºC. Esto significa que el oxígeno se congela a esta temperatura cuando la presión es inferior a 1 atm.
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