Qué es la conducción coercitiva
La conducta coercitiva puede caracterizarse como un acto previsto en el Código de Procedimiento Penal de Brasil (CPP). Según el artículo 218 de este código, si un testigo no asiste a una citación sin justificación previa, el juez puede legitimar a una autoridad policial o a un funcionario del tribunal con la ayuda de la fuerza pública para que conduzca al testigo a prestar el testimonio adecuado.
Aunque la conducción coercitiva debe respetar los derechos legales y constitucionales, es un tipo de detención preventiva, de corta duración, sólo suficiente para que se pueda tomar un testimonio dado.
A esta expresión se la denomina así porque se trata de una acción en la que el individuo se ve obligado a acompañar a una autoridad policial ante el juez para esclarecer determinados hechos en los que está involucrado de alguna manera.
El objetivo principal de la acción coercitiva es investigar ciertos hechos que están siendo investigados, lo que requiere más información para continuar el proceso.
Una acción coercitiva sólo puede considerarse legítima si va precedida de una citación previa emitida por un juez. De lo contrario, constituye una violación del derecho a la libertad de la persona acusada, que viola la Carta Magna de los Derechos Humanos.
En los casos en que una persona recibe una citación pero no se presenta o no justifica su ausencia, puede sufrir conducción coercitiva y puede ser conducida por un agente de policía en un coche o esposada si se opone a acompañar a los agentes de policía por su propia voluntad.
Sin embargo, la conducta coercitiva se considera válida como herramienta legal para buscar pruebas en una acción de investigación. Dado que el artículo 260 del Código de Procedimiento Penal admite que, en caso de inasistencia del acusado, éste puede ser obligado a prestar declaración.
Aunque las conductas coercitivas están actualmente en boga debido a tantos informes de corrupción, muchas personas vinculadas al ámbito del derecho también se oponen a tales acciones, ya que tales conductas no deben ni pueden volverse en contra de los que están siendo investigados, quienes siguen teniendo la garantía del derecho al silencio, la no incriminación y la autodefensa garantizados por la Constitución. Esto termina por contradecir el artículo 260 del mencionado código.
Podemos citar como ejemplo actual dos acciones coercitivas que se hicieron públicas debido a su gran repercusión y gravedad de los hechos.
La primera de ellas se refiere a la conducta coercitiva del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, autorizada por el juez Sérgio Moro. Junto con esta acción, otras 10 conductas coercitivas fueron desencadenadas por la Policía Federal en la 24ª fase de la operación Lava Jato.
Otro objetivo político de la acción coercitiva fue el pastor Silas Malafaia. Había sido citado para dar testimonio sobre las investigaciones de la operación Timóteo, que se ocupa de la corrupción relacionada con el cobro judicial de las regalías relacionadas con la exploración minera.
Vale la pena recordar que una conducta coercitiva no es una prisión, ya que después del testimonio el individuo es liberado, no cayendo ante él/ella ninguna flagrancia, ya sea temporal o preventiva.
El hecho de que tal acción sea llevada a cabo por una autoridad policial no significa que el individuo haya cometido un acto contrario a la ley.
Vea a continuación algunos sinónimos de la palabra coercitivo:
- Forzado
- Arbitrario
- Represivo
- Autoritario
- Abusivo
- Co-activo
- Obligatorio
- Abusivo
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