Características del simbolismo

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El simbolismo fue un movimiento literario que surgió en Francia a finales del siglo XIX. Este movimiento también existió en otras formas de expresión en las artes, pero fue en la literatura que fue más prominente.

Conozca las principales características del simbolismo:

1. elementos místicos y trascendentales

En la literatura simbolista la presencia de temas místicos, trascendentales, ocultos e invisibles es muy fuerte. También se utilizan la intuición y los elementos que forman parte del mundo espiritual.

La presencia de elementos místicos en la escritura tiene la capacidad de alejar la literatura simbolista de la realidad, haciéndola más subjetiva.

2. Subjetividad

La subjetividad se manifiesta de varias maneras en el simbolismo. El tipo de lenguaje escogido por los autores es un ejemplo, ya que a menudo es impreciso y está influenciado por divagaciones e ilusiones.

La presencia de elementos que forman parte de la imaginación y los sentimientos más íntimos del autor es otro elemento que demuestra la subjetividad en el simbolismo.

Pero la subjetividad simbólica es diferente de la subjetividad que existía en el romanticismo. Está más relacionado con sentimientos sin lógica o línea de razonamiento. Se diferencia del subjetivismo romántico porque se origina en el inconsciente del autor.

Vea la subjetividad en el poema “Acrobata da dor” de Cruz e Souza:

De la risa atroz, sangrienta,

Sacude los cascabeles y convulsiona…
Salta, gavroche, salta, payaso, varado

Por el sonido de esa lenta agonía…

3. Oposición al realismo y al naturalismo

Debido a la presencia del misticismo y la subjetividad, la literatura simbolista terminó siendo una forma de negación de otros movimientos artísticos, principalmente el realismo y el naturalismo.

Esta oposición aparece en la literatura simbolista como un cierto desprecio por el razonamiento más lógico, el uso de la razón en exceso y las descripciones muy fieles de la realidad, como era el caso en la literatura realista.

Esto demuestra la necesidad de los autores simbólicos de escapar de la realidad que estaba tan presente en otros movimientos artísticos.

4. Uso de la aliteración y la asonancia

La aliteración y la asonancia son dos figuras del lenguaje ligadas a los sonidos, a la fonética de las palabras. La aliteración se caracteriza por la repetición de las letras consonantes y la asonancia por la repetición de las letras vocales.

El uso de estas figuras de habla hace que el sonido producido durante la lectura sea más importante que la escritura. En muchos casos la importancia del sonido de las palabras es más importante que su significado. Esta característica refuerza el carácter más subjetivo y poético de la literatura simbolista.

Vea un ejemplo en el extracto del poema “Sonata” del escritor Cruz e Souza:

Desde el inmenso, amargo y maravilloso mar…
Ruidoso murmura compungente

Cantos vírgenes de emociones latentes.
Del cálido y morboso sol letárgico.

5. Presencia de musicalidad

La musicalidad es constante en la literatura simbolista. El uso de los recursos del idioma portugués para dar a la escritura una cierta musicalidad es una característica muy llamativa de este período. Para lograr este efecto, los autores utilizaron los recursos propios del idioma, como el uso de rimas y la repetición de letras y palabras con un sonido similar.

El uso de la musicalidad fue un recurso utilizado por los autores simbólicos para dar al texto y al lector sensaciones más subjetivas de las que la simple escritura era capaz de transmitir. La musicalidad se usó para acercar los textos simbolistas a la poesía.

6. Sinestesia

La sinestesia es una figura retórica que utiliza expresiones que transmiten sensaciones sensoriales: el olfato, el gusto, la vista, el tacto y el oído. Los autores mezclaron todas las sensaciones de su literatura.

Los textos simbólicos pueden encontrar expresiones sobre el olor, el sabor o el color de un sentimiento, por ejemplo.

Los autores utilizaron la sinestesia para dar a los lectores más sensaciones que las palabras transmitidas al mezclar la representación de sensaciones o sentimientos.

Ver el ejemplo en la poesía “Soneto del aroma” de Alfonso de Guimaraens:

La mañana nace, la luz huele… Ahí está, huele.
Por el aire sutil… Huele a luz, nace la mañana…
¡Oh, suena colorido el oído del aroma!

Ver también el significado del simbolismo.