La Antorcha Olímpica es uno de los símbolos principales de los Juegos Olímpicos de la Edad Moderna, refiriéndose a los rituales y tradiciones originales de las Olimpiadas de la Antigüedad.
También conocido como Llama Olímpica , es una referencia al episodio de la mitología griega que narra el robo del “fuego sagrado” de Zeus (dios de los dioses) por Prometeo para que pudiera ser entregado a los seres humanos. Prometeo era conocido como el Titán defensor de los derechos de la humanidad.
Actualmente, meses antes del comienzo de los Juegos Olímpicos, durante una ceremonia ritual, la llama de la antorcha se enciende en el antiguo templo de Hera (diosa de la maternidad) en Olimpia, Grecia, para luego ser llevada por varias ciudades del mundo.
El relevo de la antorcha olímpica también se remonta a una antigua costumbre de los Juegos Olímpicos. En el pasado, se enviaban mensajeros a las regiones más lejanas para invitar y anunciar la fecha de los concursos.
En un intento de recrear el ritual utilizado por los antiguos griegos, la llama olímpica se enciende directamente a través de la luz del sol, que se refleja en un conjunto de espejos cóncavos y crea una ola de calor, causando la combustión.
Después de pasar por varias ciudades y ser llevada por diferentes personalidades y atletas, la llama olímpica enciende la llamada pira olímpica , durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos. La llama arderá durante la duración de la competición, extinguiéndose sólo al final del evento.
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Historia de la Antorcha Olímpica
Originalmente, durante los Juegos Olímpicos de la Antigüedad, que estaban dedicados al dios Zeus, el fuego era visto como la máxima de la representación divina. Esta representación se deriva de historias populares griegas, como la leyenda del titán Prometeo y el robo del fuego de Zeus, por ejemplo.
Después del rescate del espíritu de los Juegos Olímpicos por Pierre de Coubertin, la tradición de la antorcha olímpica volvió a formar parte del evento sólo después de los Juegos Olímpicos de Verano de 1928 (Amsterdam).
Pero el transporte de la antorcha por parte de atletas y personalidades en varias ciudades del mundo sólo comenzó con los Juegos Olímpicos de 1936 (Berlín).
Sobre el simbolismo detrás de la antorcha olímpica, Pierre de Coubertin – creador del Comité Olímpico Internacional – dijo lo siguiente:
“Que la Antorcha Olímpica siga su curso a través de los tiempos para el bien de la humanidad cada vez más ardiente, valiente y pura”
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