Es la idea de que todas las cosas, incluyendo las personas, los animales, los accidentes geográficos, los fenómenos naturales y los objetos inanimados, tienen un espíritu que las conecta entre sí.
Es una construcción antropológica utilizada para identificar rasgos comunes de espiritualidad entre diferentes sistemas de creencias.
En la mayoría de los casos, el animismo no se considera una religión en sí mismo, sino más bien una característica de diversas prácticas y creencias
Este término fue acuñado por primera vez en 1871, y se considera una característica clave en muchas religiones antiguas, especialmente en las culturas tribales indígenas.
Hoy en día, se puede identificar de diferentes maneras en las principales religiones del mundo moderno.
¿Cuál es el origen del animismo?
Los historiadores creen que el animismo es fundamental para la espiritualidad humana, que se remonta al período Paleolítico y a los homínidos que existían en esa época.
Históricamente, los filósofos y líderes religiosos han intentado definir la experiencia espiritual humana. Alrededor del 400 a.C., Pitágoras discutió la conexión y la unión entre el alma individual y el alma divina, lo que indica la creencia en un “alma” integral de los humanos y los objetos.
Se cree que refinó estas creencias al estudiar con los antiguos egipcios, cuya reverencia por la vida en la naturaleza y la encarnación de la muerte indican fuertes creencias animistas.
Aristóteles definió a los seres vivos como aquellas cosas que tienen un espíritu en Acerca del Alma, publicado en 350 A.C.
La idea de un animus mundi, o un alma del mundo, se deriva de estos antiguos filósofos, y fue objeto de pensamiento filosófico y luego científico durante siglos antes de que se definiera claramente a finales del siglo XIX.
Aunque muchos pensadores querían identificar la conexión entre el mundo natural y el sobrenatural, la definición moderna de animismo no fue acuñada hasta 1871, cuando Edward Burnett Tylor la utilizó en su libro, Early Culture, para definir las prácticas religiosas más antiguas.
Edward Burnett Tyler, antropólogo británico.
El animismo dentro de las religiones
Como resultado del trabajo de Tyler, el animismo se asocia comúnmente con las culturas primitivas, pero se pueden observar elementos de animismo en las principales religiones organizadas del mundo.
El sintoísmo, por ejemplo, es la religión tradicional del Japón que practican más de 112 millones de personas. En su núcleo está la creencia en espíritus, conocidos como kami, que habitan en todas las cosas, una creencia que vincula el sintoísmo moderno con las antiguas prácticas animistas.
Dentro de las comunidades tribales indígenas australianas, existe una fuerte tradición totemista. El tótem, generalmente una planta o un animal, posee poderes sobrenaturales y se considera una reverencia como un emblema o símbolo de la comunidad tribal.
A menudo hay tabúes sobre tocar, comer o lastimar el tótem. La fuente del espíritu del tótem es la entidad viviente, la planta o el animal, no un objeto inanimado.
Por el contrario, los inuit, el pueblo esquimal desde la región ártica de Alaska hasta Groenlandia, creen que los espíritus pueden poseer cualquier entidad, animada, inanimada, viva o muerta.
La creencia en la espiritualidad es mucho más amplia y holística, porque el espíritu no depende de la planta o el animal, es la entidad que depende del espíritu que lo habita.
Ver también el significado de:
- Pagano;
- Paganismo;
- Tótem;
- Teísmo;
- El sintoísmo.