El aneurisma es la dilatación anormal de un vaso sanguíneo como resultado de la fragilidad de su pared, que ha perdido su elasticidad.
El aneurisma puede presentarse en dos formas: un aneurisma esférico (aneurisma sacular) y uno alargado (aneurisma fusiforme).
La gravedad del aneurisma se mide por su tamaño y por el lugar donde se produjo la dilatación, que puede romperse y dejar secuelas que comprometen la calidad de vida del individuo, como trastornos del habla, problemas de locomoción, coma, entre otros.
La formación de un aneurisma es lenta y progresiva. En la mayoría de los casos, los aneurismas no generan ningún síntoma hasta que se rompen, mientras que otros causan dolor de cabeza repentino, náuseas, vómitos y desmayos.
Factores de riesgo para la aparición de un aneurisma:
- Personas mayores de 60 años;
- Alcohol;
- Fumar;
- Diabetes;
- Colesterol alto;
- Hipertensión;
- Arteriosclerosis.
Las alteraciones en los vasos sanguíneos son la principal causa de otras enfermedades tan peligrosas como el aneurisma, como el derrame cerebral, la trombosis, la isquemia y el infarto.
Aneurisma cerebral
El aneurisma cerebral es una dilatación que se produce en la pared debilitada de una arteria cerebral. Es grave y puede dejar secuelas importantes si la arteria se rompe y la hemorragia comprime otras arterias del cerebro.
Aneurisma aórtico
La aorta es un vaso que parte del corazón, atraviesa el tórax y el abdomen, ramificándose y llevando la sangre a todo el cuerpo.
El aneurisma aórtico abdominal es una dilatación de la pared aórtica que atraviesa el abdomen. El aneurisma crece lentamente y cuando se rompe, se acompaña de fuertes dolores y hemorragias internas.